domingo, 27 de abril de 2014

Viaje a Ámsterdam en el fin de semana del Día del Rey

Aprovechando la cercanía a los Países Bajos, y la invitación de Begoña, una chica que conocí hace poco, a acompañarla a ella y los/as amigos/as, cogí el coche, la cámara de fotos y nos fuimos para Ámsterdam. Era fin de semana festivo, pues se celebraba el día del Rey, así que la fiesta y el color naranja (la familia Real es de la Casa de Orange). Música y gente de todas las razas por la calle. Borrachos por doquier y gente con vestimenta estrafalaria, chicas con camisones transparentes y ropa interior naranjas bailando por la calle, y algún chico con el mismo camisón, pero sin ropa interior alguna, junto con alguna chica con el atuendo musulmán completo al lado de otra con shorts-tanga vaqueros y multitud de gente vestida de forma más corriente. Alcohol y basura por doquier. De hecho me recordó bastante al Día del Orgullo en Madrid, entre la música, la diversidad racial, el ruido y la basura. 

Si aún hay quien cree que los Europeos son más civilizados que los Españoles es que no han salido de su barrio y no han visto a un rubio tipo hooligan inglés tirar una lata de cerveza vacía al aire, sin preocuparse de a quién le pueda caer, y dejarla allí tirada, a poca gente vi preocupada de tirar la basura en un contenedor, o dejarla al menos cerca de él, ¡todo iba directo al suelo!


El paseo por la ciudad fue agradable, aunque me defraudó un poco. Supongo que visitar una ciudad con expectativas creadas por los comentarios de amigos que la han visitado antes que tú no es bueno del todo. Y al llegar allí me encontré tan solo otra ciudad flamenca más, con canales y casas de fachadas esbeltas y ganchos para meter muebles por las ventanas en las fachadas. Si me lee algún holandés es posible que se cabree, claro, que ya les cabreé diciendo que en la IIGM habían sido unos colaboracionistas con el régimen Nazi así que por cabrearles un poco más, poco pierdo.

Tan solo me faltó juntarme con Lucía, pero ella sabiamente huyó del caos en vez de ir hacia él jajaja.

El reportaje fotográfico no es gran cosa, pero ahí va. No pude fotografiar demasiados edificios o monumentos, había demasiada gente, así que me dediqué a fotografiar a la gente. Los retratos más cercanos son de algunas de las chicas del grupo, así como una de las parejitas.

Como anécdota de la jornada, dos de las chicas resultaron ser hijas de Ingenieros Técnicos Aeronáuticos... y una de ellas familia (sobrina, o nieta, o sobrino nieta, no recuerdo) de los dueños de la panadería de mi barrio. Media infancia diciendo aquello de "deme una barra de Baena que no esté muy tostada" para conocer a su familia en... Amsterdam.
































No hay comentarios:

Publicar un comentario