viernes, 27 de diciembre de 2013

¿Es esto el paraíso?No está lejos de serlo, si te gustan los aeroplanos

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Parpadeé ante lo inesperado de la escena.
-Esto no es el paraíso, ¿verdad, Hawthorne?
-No está muy lejos de serlo -respondió -, si te gustan los aeroplanos. Caminamos hacia el avión de encaje y oro.
-¿Cuántas personas de mi tiempo... de otros tiempos visitan este lugar?
Miró hacia arriba por un momento, calculando.
-Unos cuantos, en realidad. Quienes disfrutan imaginando, los que disfrutan del juego, cruzan bastante bien. Claro que, como sabes, cada vez resulta más fácil.
-¿Pilotos todos ellos?
-La mayoría. Es de esperar, desde luego. Con Saunders-Vixen y un aeródromo en el umbral, Duxford es una ciudad de pilotos. Si te gusta el mar me imagino que aparecerías en Portsmouth, Copenhague o Marsella -se encogió de hombros-. Como no hace falta pasaporte, cualquiera a quien le guste puede venir. Unos cuantos deciden quedarse...
Dejó morir la frase.
-¿Cuando en casa se les hace demasiado difícil?
-Yo no diría eso. Después de un tiempo prefieren estar aquí. Tal vez sea el clima. Lo miré con atención, vi su sonrisa.
-¿Visitas nuestro tiempo alguna vez, Derek?
Se echó a reír.
-Nunca. Soy demasiado gatito mimoso, diría, para ese desorden de ustedes.
[...]
Hawthorne tenía razón: nuestro mundo es un desorden, no es el lugar para los gatitos mimosos.
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Al otro lado del Tiempo, Richard Bach

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