martes, 24 de junio de 2014

Oporto

En parte lo bueno de estar en Bruselas es que hay vuelos baratos a muchos sitios. Y como hacía un montón de años que llevaba cancelando mis vacaciones a última hora y sin descubrir sitios nuevos, me animé a descubrir Oporto cuando me lo propusieron.

Me hablaron mal de ella, mucha suciedad y mala gente... Pero aún así, había que verlo con mis ojos! Al llegar allí sorprende la dejadez. Edificios sucios, ventanas rotas... me recuerda un tanto a Bruselas, la primera vez que la pisé: ciudad sucia y dejada. Sin embargo, con un poco de cuidado, el casco histórico podría ser precioso, con coloridas casas forradas de azulejos. Por otro lado me recordó a Vigo, no por la suciedad, ni mucho menos, si no por las cuestas. La ciudad está en la ladera de una montaña y las cuestas son considerables. Y también tiene en la cima un castillo.

En cuanto a precios, espectacular. Desde la Francesinha + cerveza y patatas fritas, que nos salió a unos 7€ por cabeza, al bar de estudiantes donde cenamos Picanha a la brasileña (con patatas fritas, arroz) y cerveza, todo por 6€, hasta los restaurantes "pijos", en los que no pasamos de los 20 euros por cabeza (en Madrid un restaurante con un plato similar más botella de vino no hubiera bajado de los 40 euros por cabeza...).

En cuanto el idioma, en general con hablar en Español y ellos en Portugués, para lo más básico, era más que suficiente. Con los turistas que venían a pedirnos información como si fueramos locales ya hablábamos en Inglés y Francés






























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